Una familia y yo cruzamos camino rumbo al cerro de la Silla tan pronto bajamos del coche. El hombre apenas puede con su alma; la mujer me rebasa en unos cuantos pasos. El chavillo -de unos 8 años- no deja de hablar. Subimos. Deliberadamente voy despacio. La señora se adelanta. Me detengo. Respiro. Descanso. Sigo. La señora Nike le explica al chavillo sobre la importancia de la buena condición física. Seguimos y sigo despacio. Escucho detrás de mí jadeos de gorila. El hombre ya casi no puede. Como si fuera necesario, el chavillo, con volumen de voceador, le notifica a la madre la mala condición física del padre. ¡Mi papá no aguanta nada! La señora Nike Emputada abre su corazón, da paso a la catarsis y se confiesa con él y con el mundo: Por eso eres hijo único.
Lorena Sanmillán
Lorena Sanmillán 