Archive for May, 2010

¡Faltan tres lunes para el Sanmillano 2010!

May 31, 2010

Estimad@s amig@s:

1.- Cuenta Regresiva: Faltan sólo 3 lunes 3 (¡tres!) para el Gran Día Sanmillano: El Tercer Encuentro Internacional de Escritores Sanmillanos 2010. ¡La fiesta literaria del solsticio de verano!

2.- Recordatorio:

a) La cita es el lunes 21 de junio a las 7 p.m. en el Gargantúas Espacio Cultural (Dirección: Escobedo 740 Nte., entre Treviño y Carlos Salazar. Monterrey, N.L., México).

b) Podrán leer todos los autores inscritos conforme vayan llegando o según el turno que ellos mismos elijan.

c) También podrán participar todos aquellos que buscan un lugar para leer su obra en público

d) Se puede participar a distancia enviando sus textos y su currículum para la Memoria Virtual

e) Podrán leer conforme vayan llegando o en el orden que ustedes escojan.

3- Sugerencias:

a) Lean libremente lo que gusten en el Sanmillano Special Day: expresiones, sensaciones, emociones, percepciones, reflexiones, impresiones, intenciones, deducciones, ficciones y visiones.

b) Corran la voz por todo el territorio de la palabra (el mundo y anexas).

c) Asistan en masa y lean lo que gusten, sin censura,  de 5 a 7 minutos por persona

d) Lleven la música por dentro y la literatura por fuera

e) Si desean leer textos de otros autores locales, nacionales e internacionales, pueden hacerlo.

4- Noticias:

a)      Se armará una memoria virtual del evento, por ello se solicita a los participantes que envíen su material así como su cv literario lo más pronto posible al siguiente email: lorenisima@librosdenuevoleon.com

b)      Habrá diplomas para todos los participantes.

5.- Ya pueden consultar las Memorias Virtuales de los anteriores Sanmillanos:

http://sanmillano2008.wordpress.com

http://sanmillano2009.wordpress.com

6.- Libros de Nuevo León estará presente con libros de los autores participantes.

7.- Toda participación será cariñosa, voluntaria y gratuita.

8.- El consumo en el Gargantúas correrá por cuenta de los participantes.

9.- Autores inscritos hasta el momento:

Innana de la Garza * Noek Izardui * Elia Martínez-Rodarte * Rubén Eduardo Rodríguez * Leticia Herrera * Román Castañeda * Ileana Cepeda * Guillermo Guajardo * Graciela Ríos Cantú * Ricardo Díaz Vázquez * Santiago García * Cristian Ascasio * Lorena Tristán *Juan Pablo García * Guillermo Berrones * Ximena Peredo *  Pedro de Isla * Luis Aguilar * María Elena Espinosa * Alexandra Botto * Patricia Laborde * Natalia Luna * Gerson Gómez * Lucía Yépez * Sonia Silva-Rosas * Gabriel Fuster (Veracruz) * Frida Mazzotti (Veracruz) * Carlos Manuel Cruz Meza (Veracruz) * Jorge Rodríguez * Armando Alanís * Angeles Ochoa * Héctor González Reyes * Alfonso Teja * Jorge Urrutia * Eligio Coronado * Sol Casdiz * Alberto Rivera (México, D.F.) * Alisma de León (Tamaulipas) * Fernando Elizondo * Felipe Montes * Fernando Galaviz * Jorge Chípuli * Sara Lozano * Odvidio Reyna * Tanya Ventura * Vanessa Garza * René Rojas * Zaira Espinosa * Xitlally Rivero * Carlos Calles * Reynaldo Saldívar * Palomilla Apocatastásica * Orfa Alarcón * Eduardo Zambrano * Dulce María González * Rossy Elizondo * Julio César Méndez * José Alvarado * Fausto Nehdi * Gabriela Sáenz * Kenia Gazcón * Vidal Medina * Luis Armando Torres Camacho * Penélope Montes *

Atentamente

Libros de Nuevo León

Los motivos del lobo

May 30, 2010

El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
el lobo de Gubbia, el terrible lobo.
Rabioso ha asolado los alrededores,
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertes y daños.


Fuertes cazadores armados de hierros
fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.


Francisco salió: al lobo buscó en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: -“¡Paz, hermano
lobo!” El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas
y dijo: -“¡Está bien, hermano Francisco!”
-“¡Como! -exclamó el santo-. ¿Es ley que tu vivas
de horror y de muerte?
¿La sangre que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor?
¿No han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te han infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?”
Y el gran lobo, humilde: -“¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer, y busqué el ganado,
y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor
a los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre, que iban a cazar”.
Francisco responde:

-“En el hombre existe mala levadura.
Cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.

Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!”
-“Está bien, hermano Francisco de Asís”.
-“Ante el Señor, que todo ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata”.
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea. La gente veía
y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, bajo la testa, quieto lo seguía
como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó a la gente a la plaza
y allí predicó.
Y dijo: -“He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo
me juró no ser ya nuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios”. -“¡Así sea!”-,
contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió la testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.


Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba en las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.


Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo
dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, torno a la montaña,
y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma,
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dio treguas a su furor jamás,
como si tuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.


Cuando volvió al pueblo el divino santo,
todos lo buscaron con quejas y llanto,
y con mis querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.


Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.
-“En nombre del Padre del sacro universo,
conjúrote” -dijo- “¡oh, lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho”.
Como en sora lucha, habló el animal,
la boca espumosa y el ojo fatal:
-“Hermano Francisco, no te acerques mucho

Yo estaba tranquilo allá en el convento,
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas, empecé a ver que en todas las casas
estaban la envidia, la saña, la ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos se hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como peroo y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos,
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como una agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
Y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad”.


El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con un profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: “Padre nuestro, que estás en los cielos…

Rubén Darío

¡Faltan cuatro lunes para el Sanmillano 2010!

May 24, 2010

Estimados amig@s:

1.- Cuenta Regresiva: Faltan cuatro lunes para el Segundo Encuentro Internacional de Escritores Sanmillanos 2010 (será el próximo  lunes 21 de junio a las 7 p.m. en el Gargantúas Espacio Cultural (Escobedo 740 Nte., entre Treviño y Carlos Salazar, Monterrey, N.L., México).

2.- Recordatorio:

a) Podrán participar todos los autores que asistan

b) También podrán participar todos aquellos que buscan un lugar para leer su obra en público

c) Se puede participar a distancia enviando sus textos y su currículum para la Memoria Virtual

c) Podrán leer conforme vayan llegando o en el orden que ustedes escojan.

3.- Sugerencias:

a) Asistan en masa y lean lo que gusten, sin censura,  de 5 a 7 minutos por persona

b) Lleven la música por dentro y la literatura por fuera

c) Si desean leer textos de otros autores locales, nacionales e internacionales, pueden hacerlo.

4.- No olviden enviar sus textos para la memoria virtual del Sanmillano 2009, así como un currículum actualizado.

5.- Ya pueden consultar las Memorias Virtuales de los anteriores Sanmillanos:

http://sanmillano2008.wordpress.com

http://sanmillano2009.wordpress.com

6.- ¡Habrá diplomas para todos!

7.- ¡Volverá el popular Tostada Break!

8.- Libros de Nuevo León estará presente con libros de los autores participantes.

9.- Toda participación será cariñosa, voluntaria y gratuita.

10.- El consumo en el Gargantúas correrá por cuenta de los participantes.

11.-¡Ya están abiertas las inscripciones! Enviar un correo a la siguiente dirección: lorenisima@librosdenuevoleon.com

12.- Autores inscritos hasta el momento:
Innana de la Garza * Noek Izardui * Elia Martínez-Rodarte * Rubén Eduardo Rodríguez * Leticia Herrera * Román Castañeda * Ileana Cepeda * Guillermo Guajardo * Graciela Ríos Cantú * Ricardo Díaz Vázquez * Santiago García * Cristian Ascasio * Lorena Tristán *Juan Pablo García * Guillermo Berrones * Ximena Peredo *  Pedro de Isla * Luis Aguilar * María Elena Espinosa * Alexandra Botto * Patricia Laborde * Natalia Luna * Gerson Gómez * Lucía Yépez * Sonia Silva-Rosas * Gabriel Fuster (Veracruz) * Frida Mazzotti (Veracruz) * Carlos Manuel Cruz Meza (Veracruz) * Jorge Rodríguez * Armando Alanís * Angeles Ochoa * Héctor González Reyes * Alfonso Teja * Jorge Urrutia * Eligio Coronado * Sol Casdiz * Alberto Rivera (México, D.F.) * Alisma de León (Tamaulipas) * Fernando Elizondo * Felipe Montes * Fernando Galaviz * Jorge Chípuli * Sara Lozano * Odvidio Reyna * Tanya Ventura * Vanessa Garza * René Rojas * Zaira Espinosa *

Atentamente

Libros de Nuevo León

El seminarista de los ojos negros

May 23, 2010

Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla:  —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.

La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos…
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos…
el seminarista de los ojos negros.

Corriendo los años, pasó mucho tiempo…
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.

Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros…

Miguel Ramos Carrión

Cardio

May 21, 2010

A la Arena Monterrey vuelve Bosé este viernes 21 de mayo
Ante más de diez mil personas se presentará
Bajo la luna que reposa en el Cerro de la Silla lo cobijará una miríada de aplausos
Cabe mencionar que hoy está más guapo que jamás
Con la historia que lo conforma pasada en limpio sobre su piel
Contra el tiempo enarbola su bandera de eternidad
De Madrid hasta Argentina. De México hasta Italia.
Desde sus inicios ha sabido distinguirse
En cada espectáculo se reinventa
Entre los clásicos de su repertorio y las nuevas creaciones
Hacia el tráfago de la vida que se llena de instantes tan perennes como efímeros
Hasta las más altas emociones y los más profundos pensamientos
Para cancelar la estática de la apatía
Por amor, pasión, convicción, decisión
Según su credo
Sin temas tabú
So pena de explotar lo impúdico de los secretos que hermetiza
Sobre la línea de tiempo que le da su medida
Tras la idea que de sí mismo se ha formado.

Lorena Sanmillán

Diva morena

May 20, 2010

Inocente y coqueta. Quien no te conozca, que te lo crea. Sonríes entrecerrando los ojos, con ese gesto tan inherente a tu persona. Parece casual, espontáneo y sin embargo intuyo cómo lo has ensayado. Cuántas horas frente al espejo reafirmándote bonita; tiempo disuelto en la búsqueda del mejor perfil. Exteriorizas una sonrisa: quienes la vemos, interiorizamos una caricia y la hacemos nuestra, súbditos inmediatos de tu encanto.

Ensayas, con habilidad y constancia tu mejor papel, que además te queda pintado, dentro de una partitura inconclusa diseñada al vaivén de un claro afán seductor.  Lo natural de tus movimientos hace que tu comportamiento parezca planeado, pero es tal tu esencia que te conduces como si no supieras que estás actuando. Combinas el orgullo y altivez de una diva distante, con la calidez vertida en los abrazos de amiga que incansable repartes.

Ignoras las ansias que provocas y las sigues incitando. Justo ahí reside un vértice de tu maquiavélico atractivo.

Voy sentada a un lado tuyo, en tu coche; tensa y feliz.  Metaforizas el trazado de mi destino al controlar el volante con la mano siniestra. Solas tú y yo, sin testigos. Qué miedo tomar la otra mano y qué gran tentación por la cercanía. Adivino que puedo hacerlo, pero un resquicio de prudencia me detiene y entonces permanezco inmóvil, aunque sube la tensión interna. Qué vértigo mirarte a los ojos, desnuda en mi confidencia.

Desvío la mirada para fingir que dentro de mí no pasa nada. Admiro tus cejas, y es evidente el deseo que comienza, renacen las ganas de pasearme por ellas, acariciarlas y redibujarlas sintiéndome creadora de tanta belleza. Mas tu vanidad ya se ha encargado de darles forma. Sólo resta entonces observarlas con respeto, de lejos, las manos quietas,  tal como se aprecia la estética congelada que habita los museos.

Algún diseñador, francés o italiano, te ha provisto aroma para ser recordada cada vez que alguien respire y evoque la atmósfera en la cual existes. Una mirada indiscreta –la mía- deambula por tu ropa, que se convierte en continente de las formas de tu cuerpo.

Conversamos, cada una atrincherada en sus diálogos predeterminados. En mis silencios y dentro de mis párpados, imagino la escultura de tu desnudez morena. Suspiro. Comento. Disimulo. Varias dudas arremeten de pronto, ¿y si lo notaras?, ¿y si lo supieras?, ¿y si ya lo sabes?, ¿y si es esto, precisamente,  lo que esperas?

Cambias las velocidades de tu coche, observando atenta el camino, ignorándome mientras nada te platico. Abandono mi defensa y me convierto de nuevo en prisionera voluntaria del reflejo de tu mirada suspendida en el parabrisas. Escribo en mi mente estas líneas que no sé si algún día te compartiré o existirán sólo en la pantalla de mi computadora. Es un juego de dos, donde no sé a ciencia cierta si ambas sabemos que lo estamos jugando y esto lo vuelve más excitante.

¿Si algo te escribo y te lo doy, será un tributo, un trofeo de guerra para tu vanagloria de mujer?, ¿si te lo escribo y no te lo doy, seré yo quien se queda con algo?, ¿quién tiene el control?, ¿necesitamos que exista este control? No lo sé, la tentación es el aguijón de mi cobardía. La perspectiva de fracaso infiere seguridad.

Ambiciono reunir todas las palabras que te enteren de mi aprensión, mi deseo. Abrumarte a través de halagos en blanco y negro para llegar hasta ti en medio de una tarde con frío o una noche de calor intenso. Disolver tu indecisión,  revestir la soledad que te acompaña. Homenajearte con volcánica ofrenda después de observarte engalanada sólo con el reflejo de la luna.

¿Si me perdiera en tu sonrisa, me mostrarías el camino de regreso?, ¿a dónde envío este beso que hoy no puede descansar en tu cuerpo?

Tengo miedo de dar un paso en falso pero esa es la única manera de jugar este juego. ¿Y si exhibo de pronto mis cartas en la mesa, sólo para enterarme que tú juegas algo distinto? ¿y si escondieras el comodín que en este momento necesito y completas mi jugada? Atreverse. ¿Y si perdemos el miedo  y nos dejamos fluir? ¿Habrá manera de equivocarse y continuar? Qué locura pretender darte una lección cuando eso significa caer en tu trampa.

Quisiera que descubrieras tus alarmas,  las encendieras y al encontrarme en mi delito pusieras el alto, pero al mismo tiempo me siento observada y veo cómo disfrutas cuando actúo pensando que no puedes verme de intrusa en tu territorio minado. No muevo ninguno de los cascabeles porque dentro de tu estrategia ya los has silenciado. No he pasado los límites porque desde siempre los tienes bien marcados. Y tan oronda, invitas lo mismo que impides. No sé cuánto tiempo más me podré contener.

Dos manos, llenas de lujuria e imposibilitadas para recorrerte. ¿Cuántas, cuántas caricias le caben a tu piel? Esa es la incógnita que jamás resolveré. Tal vez nunca suceda, o quizá ocurra tantas veces que hasta llegaré a perder la cuenta. No lo sé. ¿Lo sabes tú? Dos ojos, una mirada, que no entiende tu código para informarte cuánto y cómo eres deseada.

Y todo esto pasa, mientras muerdo la frustración de que no sucede nada. Tú tan mujer, plena, morena preciosa dulce y arrogante coqueteando conmigo sensible vulnerable y cautiva. Y nada sucede, porque resulta que para ti sólo somos amigas.

Lorena Sanmillán