Comparto mi ponencia del Primer Coloquio Internacional de Escrituras Sáficas (UNAM, UAM, FCVT, 2010)
De las amoras a las insensatas
Preludio
Este foro impone y mis acompañantes de mesa también. Ser parte del Primer Coloquio Internacional de Escrituras Sáficas, representa un compromiso elevado tanto por quienes nos preceden como por quienes nos sucederán. Estar sentada aquí no ha sido gratuito y es de agradecerse la posibilidad de discutir este tema literario a plena luz del día en las instituciones que hoy nos convocan. Gracias a la UNAM, a la UAM-Azcapotzalco y al Foro Voces en Tinta, por concretar este esfuerzo.
No es mi intención presentarme como académica, ni violentar terrenos que no me pertenecen, sino sólo y simplemente estoy aquí como lectora, protagonista y copartícipe de este suceso literario. Al empezar a escribir este artículo, de lo primero que me di cuenta es que no bastan quince minutos de exposición: la comparación entre Amora, la primera novela lésbica mexicana editada, y La insensata geometría del amor, que ha sido considerada por diversos medios y en distintos foros como la mejor novela lésbica contemporánea, amerita un ensayo formal, con todo el rigor y extensión que debe acompañarlo. A reserva de desarrollarlo, pues hay muchos aspectos por comentar: las amistades, los lugares que visitan, el manejo de la ironía, el humor, el suspenso, los espacios que habitan, el tratamiento que le dan las autoras, la forma en que se presentan los diálogos, el ritmo, el contraste, la familia que las rodea, la cocina que se disfruta, el contexto social, presento –en breve- sólo diez puntos[1]:
1.- Las autoras
Roffiel, veracruzana, nacida en 1945. Periodista autodidacta, trabajó en El Excélsior, en las Revistas Proceso y Fem. Además de Amora ha publicado el poemario Corramos libres ahora, la obra testimonial ¡Ay, Nicaragua, Nicaragüita! y el libro de relatos El para siempre dura una noche. Amora ha sido reeditada por la editorial mexicana Sentido Contrario, en 1999[2] y por la editorial madrileña Horas y horas[3] en su colección “La llave la tengo yo” y es referente indispensable de la literatura sáfica mexicana.
Guzner, argentina, nacida en 1944, es una escritora militante feminista y lésbica. En 1976, se exilió en España[4]. Residió en Madrid y fijó su residencia en Las Palmas de Gran Canaria. Ejerció como psicóloga de publicidad y comunicación para diversas empresas[5], a la par que escribía artículos de opinión y crítica en múltiples revistas[6]. Ha trabajado como guionista con Televisión Española.[7] En el terreno de la literatura, tiene en su haber el libro de cuentos Punto y aparte[8] y la novela Aquí pasa algo raro[9]. [10]
Contemporáneas, cada una, desde su trinchera literaria y personal, distintas en su particularidad y coincidentes en sus generalidades, han hecho una aportación fundamental a la literatura lésbica.
2.- Distribución
Volver a los diecisiete, después de vivir un siglo… dice Violeta Parra en su canción y eso es similar a la sensación que tengo al recordar mi encuentro con Amora. Prestada de prestada entre amigas, distribuida subrepticiamente, muchas veces en fotocopias; llegó a mis manos en 1996. Forrada. “No la vayas a regar, no la vayas a prestar, que no te la vayan a quitar”, dijo quien la puso en mis manos. Ahí estaba Rosamaría Roffiel con su total valentía hablándome de lo que después sabría que se llama literatura epistolar, al rescate del valor estético que implica el llevar un diario con la tesitura narrativa que le corresponde. Escribe en primera persona, lo cual permite cercanía del lector con respecto el texto. Maneja el tiempo presente en su redacción, lo cual le confiere una acción continua que permite recorrer lo que se narra con la emoción de quien es cómplice de lo que sucede.
La primera edición, data de 1989. En México, el 2 de noviembre muere la cuentista Inés Arredondo[11]; Ernesto Ruffo Appel[12] es el primer gobernador panista. Estrenamos presidente: Carlos Salinas de Gortari. Mientras tanto, en el otro lado del mundo, fallece Hirohito, el emperador japonés. En este contexto, Roffiel da a luz Amora, al amparo de Editorial Planeta con un tiraje de 3000 ejemplares. Feminista desde el título. Y ese es uno de los referentes a citar y destacar de esta obra: a ella se le debe la palabra “personajas”, para referirse a los “personajes”. Feminismo al extremo.[13]
De las amoras a las insensatas hay doce años de diferencia. En julio de 2001 sale al mercado La insensata geometría del amor, en español. Su distribución contrasta de forma dramática con la modesta Amora: Edición de lujo de Plaza & Janés. Lanzamiento a nivel internacional y exhibida en Ferias de Libros y librerías de habla hispana. Forma parte del acervo de la Biblioteca Nacional de Jerusalén, un buen número de Universidades de Canadá y U.S.A y ha estado presente en el top ten de librerías latinas de Oslo, San Francisco e incluso Sydney, sin olvidar su distribución en Latinoamérica. En el 2009 Santillana la reeditó en Punto de Lectura. Ha sido traducida al francés, inglés, alemán. Revivo la emoción de encontrarla en el stand de Plaza & Janés, en la Feria Internacional del Libro de Monterrey, presentada entre las novedades. Una pila de ellas, desde la alfombra hasta mi estatura. Completamente a la mano. Forrarla era un crimen, con tan bella fotografía en la portada.
Para ambas autoras, es su primera novela y tiene tintes autobiográficos[14]. Del mismo modo, ambas tienen la suerte –en el sentido estricto de la palabra- de ser ediciones avaladas por una firma, muy contrario a Radclyffe Hall quien tuvo que financiarse su propia editorial para lograr distribuir su novela El pozo de la soledad,[15] en 1928. Contemporánea de Virginia Woolf y predecesora de lo que por fin tenemos ahora, con la competencia entre editoriales, Quimera, (que edita a Odette Alonso), Diana, Lumen, Egales, Odisea, Ellas, y, Punto de Lectura, que ha sacado al mercado su línea arcoiris, con un discreto arcoiris en la esquina inferior izquierda. A estos libros no hay que invitarlos a que salgan del closet: hay que sacarlos de las bodegas, de los estantes en las librerías.
3.- Inicio:
– “Los hombres son una subcategoría!”[16]
La primera línea de Amora, dicha por Claudia, la coprotagonista de la historia de Guadalupe, es el inicio peculiar que engancha al lector. Encerrada entre signos de admiración, acredita la vehemencia del personaje. Para Guadalupe, feminista innata, es imposible ignorarla y marca su encuentro con Claudia.
“ -Pidamos pronto -dijo sin alzar la vista del menú- porque me muero de hambre.[17]
– Sí, pidamos pronto porque me muero de amor -me oí responder mientras cerraba la carta y la dejaba sobre el mantel con gesto negligente.”
Así abre el juego Susana, sendos disparos que dejan de manifiesto el carácter de ambas: Eva, práctica, pagada de sí. María, absolutamente enamorada.
La invitación a leer hasta el final es irrechazable.
4.- Lenguaje:
Roffiel establece el lenguaje poético como vehículo para su expresión literaria, que alcanza el culmen en el capítulo Seguramente así aman las diosas[18], un claro ejemplo de prosa poética.[19] La neta es notable el uso de expresiones coloquiales para aderezar situaciones. Rescato como ejemplos las inolvidables:
“La burra no era arisca, las bugas la hicieron”[20]
“Quién bien te quiere, te hará llorar. ¡Ésta, en efecto, me debe adorar!”[21]
Guzner se decanta por el lenguaje culto, con un registro tan amplio que patentiza el nivel intelectual de las personajas, aunque de cuando en cuando suelta alguna frase común:
“Se nos enamoró María, querido, está como una perita en dulce…”[22]
5.- Tiempo
Mientras que en Amora el tiempo en su mayoría es lineal, de hecho transcurre en un año, en La insensata…, los saltos de tiempo son una constante. Sólo en el primer capítulo de esta última, transcurrimos con Eva y María desde el restaurante donde cenan, hasta la amenaza de bomba de esa mañana y el funeral de Lisa, la pareja de María, volvemos a Roma, vamos al aeropuerto, estamos en el hotel, regresamos al restaurante, dentro de un ritmo frenético que nos mantiene al borde de la silla pasando una hoja tras otra inmersas en el suspenso creado por la autora. Guadalupe, en cambio, tiene un ritmo cauteloso para contarnos su historia. La descubrimos junto con ella. Un día a día que nos comparte, a veces acompañado de algunos recuerdos.
6.- Personajes
Se dice, y coincido, que todas las historias ya están contadas. Que lo único que resta es construir personajes entrañables. En ese sentido, ambas cumplen la asignatura al crear personajas que mueven a la empatía. Con Guadalupe y María, caminamos a su paso, les secamos las lágrimas, las regañamos, nos ponemos felices por lo que les sucede. A Guadalupe, la idealista, queremos abrazarla y felicitarla al final. A María, la comprensiva, a veces no sabemos ni qué decirle. A Eva, más de una vez queremos plantarle una equis perfecta sobre el rostro con un par de bofetadas. A Claudia la comprendemos, pero no sabemos por qué es tan cobarde. Se aplaude y se agradece el destierro de los personajes radicales. Se retratan seres humanos con las variantes propias de nuestra especie. Guadalupe y María se dedican a la literatura, una escribe, la otra traduce.
En Amora encontramos a Guadalupe, la protagonista. Claudia, su pareja. Y junto a ellas, la familia conservadora de ambas, y sobre todo, las amigas, que son determinantes para el transcurrir de la historia: Citlalli, Mariana, Norma, Graciela, Rosa María.
En la Insensata los “amigos perfectos” de María también la acompañan: Esteban, Silvia, Marga, Alicia. En la familia de María, hija única, muy por el contrario a la familia de Guadalupe, aceptan su lesbianismo y adoptan las parejas de su hija. Guadalupe adora a sus sobrinos; María, a sus padres.
Ambos grupos de amigos coinciden en el empleo de terapias alternativas, como el yoga y la meditación, el tai-chi, la alimentación saludable. El tequila y el wisky son sus acompañantes en la confesión. También está presente el activismo. Sus amigas pertenecen a colectivos de ayuda a mujeres violadas, grupos feministas y grupos de apoyo a los homosexuales.
7.-Las bugas
“De plano amiga, no más bugas, por favor”[23] le dicen sus amigas a Guadalupe cuando está a punto de contarles de Claudia. ¡Una hétero![24] Exclama Silvia, uno de los afectos más cercanos de María, cuando ésta les expone su nueva relación con Eva. La eterna constante, el amor imposible, el reto, la esperanza, la cobardía. Doce años de diferencia y aún pasa lo mismo. ¿La perspectiva del fracaso confiere seguridad? Claudia y Eva tienen problemas para aceptarse como lesbianas. Luego le salen a una con “que si yo no sé lo que siento, porque yo no soy lesbiana, por eso insisto, ni una buga más…”[25]
8.- Atmósfera y sentidos
Susana permite viajar al lado de María y Eva. La descripción de lugares nos hace sentir que estamos ahí, frente a nosotros desfilan Roma, Venecia, Madrid, Aranjuez, museos, cafés, plazas. Mientras que con Guadalupe recorremos Coyoacán, Chapultepec, Bellas Artes, el Munal, La Condesa. En ambas narraciones se pone especial énfasis en atmósferas sensoriales: comida, olores, sabores, pinturas. Rosamaría es descriptiva, mientras que Susana es cinematográfica.
Para ambas autoras es importante la música en su narrativa. La intertextualidad con la música popular está presente en las dos novelas. Susana va un poco más allá, dedicándole un papel especial al Segundo Movimiento de la Séptima Sinfonía de Beethoven, que se convierte en terapéutica para María en su depresión.[26] Y la apoteótica escena en Venecia con Mina y su interpretación de Margherita.[27]
9.- Ironía y suspenso
Con la prosa de Rosamaría tenemos más de una razón para reír a carcajadas con algunas puntadas provenientes de la agudeza mental de las personajas. Los diálogos se entretejen de forma ágil.
“Ya se lo expliqué…(…)… pero no me entiende”
“Cómo va a entender si estudió en la Ibero![28]
En Susana el humor escasea. El entramado del suspenso permite sólo algunos atisbos de humor:
“¿Y para beber qué quieres?
– Una taza enorme de té sólo… Es más quiero un cubo colmado de té. Acto seguido aparece Eva con un cubo de té.[29]
10.- Final:
En el desenlace, Rosamaría opta por un final cerrado. Una vez más recurre a la digresión de autora/personaja. Enuncia un recuento-informe de cada una de las personajas y de México en general. Cada una pasa frente a nosotras. Habla del grupo feminista, del grupo de violaciones y cómo transcurren sus vidas. Las historias mostradas a lo largo del libro se resuelven o condensan en un último capítulo donde también se cruzan las voces narrativas. La voz de autora impera sobre la voz textual.
Susana, por su derrotero, sostiene todo el tiempo, con mano firme, a sus personajas. Distribuye con discreción indicios, maneja los contrastes, malabarista del ritmo, conduce a un final abierto que es la conclusión imperativa y lógica de los conceptos relativos que ha manejado a lo largo del libro. Ya con el misterio develado, una simple frase invita a perseguir la historia detrás de la historia.
Volver a los diecisiete, después de vivir un siglo…Amora es ese primer amor, al que todas volvemos alguna vez, en el recuerdo, lo que marca, lo que inaugura. La frescura de un primer beso. La inocencia de un primer roce de manos. El desgarre de la ruptura primigenia. Mientras La Insensata Geometría del Amor, se convierte en el amor maduro en el que encontramos paz a lo largo de la vida. Ambas se ganan su lugar y permanecen para siempre en la biblioteca de las emociones. Amora delinea la silueta de la luna, La Insensata descubre todos los vértices, aunque sea redonda, y de plata.
Lorena Sanmillán
Monterrey; Noviembre 2010
[1] Para la elaboración de este artículo se utiliza, en Amora, la edición de “Horas y horas, la editorial”, Madrid; en La insensata geometría del amor la edición “De Bolsillo”, Julio 2002.
[2] Tiraje de 2000 ejemplares.
[3] Carece de datos del año de impresión así como el tiraje.
[4] Tras el asesinato de su hermana por la Alianza Anticomunista Argentina y con amenazas sobre su propia vida.
[5] Públicas y privadas
[6] Algunas de las revistas donde ha colaborado son: Ozono, Mujeres, Revista Internacional de Arte Lápiz, Época, El Faro de Vigo, Medios de Comunicación Social, Amigos del Teatro del Teatro Juan Bravo de Segovia.
[7] Actualmente colabora para diferentes medios y portales culturales, literarios, feministas y lésbicos de Internet.
[8] Guzner, Susana, Punto y aparte, Editorial Egales, Madrid, 2004. 174 páginas.
[9] Guzner, Susana, Aquí pasa algo raro, Editorial Lesrein, 2007. 336 páginas.
[10] Susana Guzner es autora, entre otras obras, de la novela La insensata geometría del amor (Plaza&Janés, España, 2001-2002,traducida a varios idiomas), Punto y aparte (relatos, Ed. Egales, España, 2004, de inminente aparición en el ámbito francófono), la pieza teatral cómica Detectives B.A.M. (Ellas editorial, España, 2006), 72 juegos para jugar con el espacio y el tiempo (1ª edición: Ed. Popular, 2ª edición autorasenred.com, 2006), la novela de suspense humorístico Aquí pasa algo raro (Editorial LesRain, España, 2007) y coautora, entre otras obras colectivas, de Mein Lesbisches Auge 5 (Konkursverlag, Alemania, 2005); Que suenen las olas (cuentario de mujeres que escriben en Marruecos y Canarias, Ediciones de La Obra Social de La Caja de Canarias, Canarias, 2007, de próxima traducción al árabe) y No solo duelen los golpes, una reflexión acerca de la violencia machista contra las mujeres en colaboración con Ángeles Caso, Rosa Montero, Rosa Regás, Cristina Peri Rossi, Espido Freire, Soledad Puértolas e Isabel Coixet entre otras destacadas escritoras.
[11] Su obra se distinguió por analizar finamente los complejos aspectos de la relación amorosa desde una mirada femenina.
[12] Primer gobernador de extracción panista en Baja California Sur.
[13]Sobre su obra, Roffiel dice, en una entrevista concedida a La Jornada en el 2002: “La novela Amora, me costó mucho trabajo, pues la escribí impulsada por la euforia de estar creando una novela por primera vez. Cuando apareció, recibí críticas, unas positivas, otras negativas. Yo no estaba preparada para estas últimas y me deprimí; pero pronto empecé a recibir cartas de apoyo, se agotó esa primera edición y por diez años siguió circulando fotocopiada. Ahora creo que cada libro que se escriba es importante, lo esencial es que se abran espacios”.
[14] Confiesa Susana, en una entrevista: “… en mi caso resultó en parte autobiográfica muy a mi pesar. Concebí la historia en mi imaginación y así la escribí, ignorando que – sé que puede resultar increíble, pero juro que es verdad – en mi pareja estaba sucediendo algo similar a la trama de mi novela y yo “in albis”. Me enteré de la realidad cuando casi terminaba La Insensata y fue un shock. Libro y relación terminaron casi a la par. La novela siguió su propio devenir gozando de excelente salud, la pareja enfermó de muerte y fue debidamente enterrada con muy pocos honores.”
[16] Página 11
[17] Página 7
[18] Página 95
[19] Sobre su trabajo, Roffiel señala: “Mi poesía ha sido criticada; me dicen que le falta mucho trabajo y que yo no soy poeta, con lo cual coincido, pero a mí lo que más me interesa es poner mi granito de arena para ampliar la conciencia de la gente, para que conozcan y respeten otras formas de amar y de ser y he tenido muchas satisfacciones. Mi poesía está en agendas, calendarios, se usa en talleres. Ha caminado sola”.
[20] Página 144
[21] Página 167
[22] Pagina 33
[23] Página 19
[24] Página 139
[25] Página 18
[26] Página 359
[27] Página 83
[28] Página 123
[29] Página 299